martes, 30 de agosto de 2011

EL FRACASO DE EMPRESARIO O EMPRENDEDOR

El miedo al fracaso es uno de las razones que justifican el bajísimo índice emprendedor que tenemos en nuestro país. Fracasar en los negocios no está bien visto por la mayoría de la sociedad y, por eso, uno de los aspectos más delicados a los que ha de enfrentarse un empresario es la gestión del fracaso.

¿Cómo enfrentarnos a él? Evidentemente no hay una receta magica para esto, cada caso es distinto y sus consecuencias diferentes en función de si el empresario ha conseguido una salida honrosa o no.

El fracaso trae consigo asumir las consecuencias económicas, personales y sociales derivadas del cierre del negocio, dejaremos aparte las consecuencias legales que podrían derivarse de irregularidades en la gestión del empresario. Las consecuencias económicas puede venir derivadas de tener que asumir una serie de deudas contraidas en el desarrollo del negocio y de las que tenemos que hacernos cargo, las personales de las repercusiones que podemos tener en nuestra vida privada y las sociales por la posible pérdida de prestigio en nuestro entorno.


Lo primero que hay que decir es que, si sabemos tomar la decisión a tiempo para que sus consecuencias sean menores y hemos sabido preparar una salida honrosa, el fracaso no es deseable pero tampoco es tan malo. El fracaso siempre es una posibilidad cuando se inicia una actividad empresarial y no deja de ser una experiencia de la que podemos extraer conclusiones para el futuro.

Lo primero que debemos hacer es analizar las causas, eso supone estudiar con objetividad los motivos que han desencadenado esa situación y estar preparado para un gran ejercicio de autocrítica. Siempre tenemos la tendencia a buscar fuera las causas de un hecho que, en la mayor parte de los casos, se debe a errores propios. Si no queremos que esta situación se repita en el futuro, debemos reconocer los errores e intentar aprender de ellos.

En muchos casos volveremos a estar en un punto similar a la que teníamos antes de empezar el negocio, puede que en unas condiciones personales y económicas distintas pero con más experiencia. Así que una vez que hemos evaluado los daños debemos trazarnos unos nuevos objetivos.

En ocasiones el que una vez fue un emprendedor puede salir mal parado de la experiencia y no se volverá a plantear la posibilidad de iniciar un nuevo negocio. Pero para otros el emprender es una actitud y pueden buscar en una nueva iniciativa empresarial el vehículo para lograr esos nuevos objetivos. No son pocos los casos de empresarios de éxito que han tenido que pasar por varios fracasos antes de llegar a la cumbre.

En muchos paises desarrollados se considera que el fracaso es una manera de adquirir experiencia y de forjar el caracter y lo ven como algo normal o incluso positivo. Incluso ahora aquí las grandes empresas buscan perfiles de emprendedores que han pasado por esta situación para ocupar determinados puestos. Si podemos controlar las consecuencias no debemos ver el fracaso como algo negativo, siempre que podamos sacar conclusiones de ello y nos sirva para mejorar.

Derivado de lo anterior te pregunto cuando tu empezaste esta aventura empresarial alguna vez te imaginaste fracasar o te viste fracasando.

Vamos a pensar el dia de hoy te ocurre un accidente y quedas imposibilitado para seguir con tus proyectos, que pasara apartir de ahi?

Te has puesto a pensar alguna vez que el propio FRACASO es cuando no planeas tu vida empresarial o cuando no delegas, o cuando NO tiras un camino de crecimiento.

Esto es uno de los riesgo que debemos de enfrentar.


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